jueves, 20 de enero de 2011

LA CULTURA TAIRONA DE SIERRA NEVADA EN COLOMBIA

La cultura Tairona de Colombia


Colombia está situada al norte de Sudamérica. Sobre los océanos Pacífico y Atlántico tiene fronteras con Panamá, Venezuela y Ecuador y en el triángulo amazónico con Perú y Brasil. Su extensión es de 1’141’748 km2.



La Sierra Nevada de Santa Marta está en el noroeste colombiano y es la montaña más alta del mundo que se eleva en un litoral. La UNESCO la declaró reserva del hombre y de la biosfera. Es una pirámide maciza que se eleva abruptamente desde la costa del Caribe hasta las nieves perpetuas y alcanza una altura de aproximada-mente 5’775 m. Geograficamente está aislada de los Andes y del continente sur-americano. Se extiende 160 km a cada lado, diferentes en topografía, flora, fauna y habitantes: allí se encuentra todo tipo de clima y paisaje. Los declives en el norte son húmedos y en gran parte cubiertos de selva pluvial. Los del sur son secos y solamente en las hondonadas se encuentra la selva. Los páramos son más extensos.



En la Sierra Nevada existen 5 franjas climáticas con temperaturas de 24° hasta menos 0: selva húmeda y tropical, bosque húmedo y montañoso, monte seco, páramos y picos nevados, ubicadas a algunos kilómetros de las playas del mar Caribe. Es un lugar extraordinario que fisicamente representa el modelo de todo nuestro planeta: existen todas las zonas ecólogicas del mundo entre el mar y las cumbres de las montañas. Además está en el centro del mundo, justo algunas millas al norte del ecuador, con doce horas día y doce horas noche. Se pueden observar los astros y el desplazamiento del sol, los solsticios y los movimientos y fases de la luna.



La ciudad antigua más importante que fue descubierta en el siglo XX se ubica en la franja norte de la sierra: la Ciudad Perdida, conocida por los huaqueros como “el infierno verde” y por los arqueólogos como Buriticá 2000. Probablemente fue construída en los siglos XIII y XIV y se considera uno de los más grandes centros urbanos Taironas.



Se emplea la denominacíon “cultura Tairona” para designar el conjunto de vestigios prehispánicos hallados en las vertientes occidental y norte de la Sierra Nevada y en zonas costeras contiguas. Algunos testigos históricos narran sin embargo que los aborígenes agrupados bajo el apelativo Tairona ocupaban las orillas de los ríos Don Diego Guachaca y Buriticá. Sus asentamientos, localizados entre la costa y los 3’000 m, albergaban una densa población concentrada en pequeños, medianos y grandes centros urbanos. Su posición geográfica los aislaba de los incas en el sur y de los aztecas en el norte, pero pertenecían a la extensa cultura desarrolladase entre el norte de Colombia y América Central. Los Tairona se presentan como una cultura rica y de compleja estructura socio-cultural, con un alto nivel en el arte de la ingeñería por su estructura urbana y su desarrollado sistema económico y político. Al destruirse estas estructuras desaparecieron los sistemas de distribución que per-mitían conservar sus obras arquitectónicas urbanas que habían convertido la Sierra en un paraiso, con redes de construcciones en piedra a gran escala y extensos sistemas de irrigación y drenaje.



Las ciudades arqueológicas contienen vestigios de sectores urbanos exclusivamente dedicados a la manufactura de determinados productos, lo que por si denota la gran complejidad sociocultural existente. La especialización de los gremios de artesanos quedó plasmada en la magnificiencia y variedad de la cerámica doméstica y ritual y la talla en piedra y hueso. La orfebrería, sobresaliente en el panorama americano, expresa el profundo conocimiento metalúrgico como la fundición a la cera perdida, la soldadura, el dorado y el empleo mixto de técnicas simples – el laminado, el repujado y los moldes – en los que fueron elaboradas hermosas obras de arte.



Cuando, al comienzo del siglo XVI, los españoles llegaron a la costa norte de la que hoy es Colombia, descubrieron una civilización pacífica y muy bien organizada, a la cual dieron el nombre Tairona. Quienes inusitadamente sobrevivieron al contacto inicial con los colonizadores, huyeron de la destrucción y derrota hacia los refugios inaccesibles de las montañas donde vivían sus sacerdotes. Ellos son los Mamas o Maomas y conocen el secreto de la Madre para proteger el medio ambiente, la fertilidad de la tierra y todo a su alrededor. Son los encargados de velar por el orden universal y también por el orden social y espiritual de las tribus. Se denominan “Los Hermanos Mayores” de la humanidad y nosotros somos “Los Hermanos Menores”.



El derrumbamiento cultural abrió paso a la selva que al cabo de poco tiempo cubrió totalmente el antiguo esplendor de una de nuestras más florecientes culturas americanas. Quedaron pocas agrupaciones indígenas, como los Kogi, Sanka e Ijka, para custodiar la Sierra que ellos consideran un territorio vivo y, por ser el centro del mundo, crucial para mantener el equilibrio del universo.



Los Kogi son los más tradicionales de los grupos que habitan en la Sierra; su contacto con el mundo exterior es mínimo. Huyeron a los territorios más alejados para reforzar su autoridad religiosa. Tienen un gran valor espiritual y consideran que la Sierra Nevada es un cuerpo vivo, cada uno de sus elementos es parte funda-mental de su cultura y de su relación armónica con la naturaleza. Muchos no hablan español y en su territorio circula muy poco dinero.



Los Kogi viven en las cuencas medias y altas de los ríos Jerez, San Miguel y Buriticá y en los declives lluviosos del norte, en los valles Don Diego, Palomino y Ancho. Además les pertenece un territorio en las franjas occidentales de la Sierra en el valle del Guatapurí.



Generalmente cada poblado está formado por una serie de bohíos circulares, muy cerca el uno del otro. Los templos o casas ceremoniales de mayor diámetro se llaman Nuhue. En ellos los hombres se reunen por la noche, ayunando y escuchan-do los consejos y enseñanzas de sus sacerdotes, los Mamas (Mama en kogi significa el sol, iluminado por el sol). En algunas ciudades hay una casa de las mujeres, donde éstas se reunen mientras que los hombres están en el Nuhue.



Los Mamas son los encargados de velar por el orden universal y el orden social y espiritual de la tribu. Reciben desde pequeños una enseñanza metódica por parte de los mayores con más sabiduría, para ir así adquiriendo el conocimiento de la “ley de la Madre” y a su vez llegar a “saber más”. El etimólogo Reichel-Dolmatoff escribió en 1976:

‘Al ver los Kogi, su apariencia descuidada, su ceño duro y su aspecto triste, dan la impresión de personas miserables, y facilmente llegamos a la conclusión que han sufrido mucho. Por nuestro standard de evolución cultural nos podemos equivocar, pues no hay nada más que engañe como las apariencias: detrás de esta fachada de penuria y pobreza los Kogi llevan una vida de gran riqueza espiritual. Sus antiguas tradiciones se mantienen vivas y les ayudan a soportar las arduas condiciones de vida. Estas no tienen importancia si consideramos la profunda satisfacción que les ofrece su religión.’



Los Mamas observan los diversos fenómenos naturales, los ciclos del mundo animal y vegetal y los fenómenos estelares. Son los únicos herederos de la cosmovisión, el mito y la tradición ancestral. Sus actividades a lo largo del año se rigen por la observación de los astros, los solsticios y los movimientos y fases de la luna.



Generalmente los Kogi habitan las regiones situadas entre 1’000 y 1’500 m. No viven permanentemente en las ciudades porque tienen que atender sus cultivos en otros lugares. Cada familia tiene un promedio de 3 hectáreas, divididas en pequeños cultivos a diferentes niveles de la sierra. Algunos de ellos se encuentran en los páramos, a una altura de 2’500 a 3’000 m.



Los Kogi, pertenecientes a una de las pocas culturas que aún conservan intactas sus tradiciones, ven con angustia como los colonos han ido tomando posesión de sus territorios míticos. Hasta hace relativamente pocos años su hogar abarcaba las tierras bajas de la sierra, pero hoy en día la presión colonizadora ha reducido considerablemente su habitat.



Su sistema di agricultura es básico. Cortan, queman y vuelven a plantar: siempre ha sido así desde el siglo XVIII y la introducción del azadón y del machete. Cortar la selva se ha vuelto más facil, pero al mismo tiempo el uso de estas herramientas es un problema: los ven como utensilios que causan deterioro ambiental, ya que los Kogi consideran la tierra, las plantas y los arboles sagrados. Cada vez que se toma algo de la tierra se debe reemplazar por otra cosa, lo que ellos llaman “hacer un pago”.



La escasez de tierra fértil y la dispersión de sus cultivos tuvieron consecuencias desastrosas para los Kogi, al igual que las enfermedades que vienen de afuera y se llevan del 60 al 80% de sus bebés. Son principalmente enfermedades de las vías respiratorias. Los Kogi dependen de nuestra ayuda para medicamentos y demás.



Filosofía Kogi


Para comprender su idea de como funciona el mundo, hay que conocer su historia, contada por los Mamas Kogi. Lo más importante es Aluna: Aluna comporta todo, el pasado y el futuro, Aluna es inteligencia, el pensamiento concentrado y la memoria que es el puente entre el espiritu humano y el cosmos. Al mismo tiempo es el universo oculto de las fuerzas responsables de la fertilidad del mundo. Aluna hace posible el crecimiento, el nacimiento y la sexualidad, es la energía espiritual omni-potente. Sin Aluna la tierra sería estéril.



Aluna es la Madre. La vida de los Kogi en todas sus formas se refiere a este principio fundamental de su realidad. Meditando entran en el mundo de Aluna y actúan según sus leyes. Al principio existía solo Aluna, el océano de líquido amnótico, el cosmos: la Madre. Ella concebió nueve niveles, nueve mundos en este útero. Cada mundo tiene su propia personalidad. Encontramos aquí el concepto de la feminidad. Aluna exige la armonía entre componentes distintos pero conformes entre el uno y el otro. La unión y la enemistad de los sexos pertenecen a este concepto, así como la salud y lo que sucede en la Sierra.



La fuerza de la vida es caótica y los humanos somos necesarios: somos los jardineros del mundo, física y mentalmente, y tenemos que mantener el equilibrio. Todo acontecimiento puede alterar el equilibrio, según los Kogi es lo que pasó en la ecología. Hay que compensar el desajuste buscando nuevas armonías entre las energías que crearon el mundo y hacen que las cosas crezcan. Si nosotros des-cuidamos vivir en armonía, ésto revuelve la armonía del mundo y la energía vital se vuelve peligrosa, fuera de control. Los Kogi nos dicen: “Uds. verán aparecer nuevas enfermedades incurables”.



Los Kogi son testigos de lo que pasó en los últimos 30 años y creen que es la etapa final del regreso del “Hermano Menor” al corazón del mundo. En la década de los 70 los colombianos construyeron la carretera de Santa Marta a Venezuela, abriendo la ladera norte de la sierra. Como consecuencia llegaron los colonos que ocuparon las tierras de los Kogi, talaron los bosques en la parte baja de la montaña y destruyeron la flora para hacer sus plantaciones de marihuana. Con el tiempo se apoderaron también de las lomas, desplazando a los indígenas hacia las partes más altas de la sierra, donde encontraron cobijo, pero no pueden cultivar sus productos de primera necesidad.



La sierra fue objeto de muchos maltratos. Como resultado de la campaña norte-americana “quemar la tierra” (scorched earth), sus lomas fueron fumigadas por helicópteros con “gylphosphate” para destruir las plantaciones de marihuana, sin respetar la población. Los colonos tomaron más terrenos de los indígenas para sus nuevas plantaciones, destruyendo aún más la selva. En los años 1992 y 2000 la sierra fue de nuevo fumigada, esta vez para eliminar las plantaciones de coca de los indígenas, sin tener en cuenta que es su planta sagrada y es utilizada con gran respeto. Sus hojas son fuente de energía: contienen todos los minerales y vitaminas necesitados en climas extremos de 3000 a 5000 m de altitud.



Al mismo tiempo, los Kogi son testigos de la catástrofe ecológica que se está produciendo. Es precisamente lo que ellos temieron que sucediera en este momento. En la película mostramos como la nieve se retira en la parte alta de la montaña, cerca de 20 m por año y como los glaciares van desapareciendo. Los pastos antaño verdes se han reducido a áreas muertas, amarillas y llenas de grietas.

Especies animales se extinguen, no por ser cazadas sino por el deterioro de habitat que tienen que soportar, la migración de los aves cambia, nuevas plantas invaden el territorio, aniquilando la vegetación autóctona. Todo esto confirma su mitología.



Para una persona “civilizada” con el pensamiento racional es extremadamente dificil quererles explicar que estas cosas suceden por otras razonas, ya que su modo de ver el mundo es totalmente distinto.



Los Kogi perdieron primero el algodón, luego los platanales, y entonces decidieron que había que actuar y establecer contactos con gente de afuera. Pensaron que no todos los colombianos eran como los colonos, que seguramente habría alguien dispuesto a ayudarles a sobrevivir. Los Mamas Kogi, que se ven a si mismos como “Hermanos Mayores”, abandonaron su aislamiento de 400 años para poner en alerta a los “Hermanos Menores” - es decir a nosotros – diciendo:



“Destruyendo las reservas naturales, todas se están agotando. El hermano menor tiene que cambiar su forma de actuar. Todavía hay tiempo, nosotros podemos ayudar para que sigan existiendo animales, plantas, naturaleza y agua”.



Después de muchas noches de ayuno y adivinación decidieron colaborar con el historiador Alan Ereira, para realizar la película “Desde el corazón del mundo” (From the Heart of the World). Es su mensaje al mundo acerca del estado de nuestro planeta.



Los Kogi nos alertan sobre los principales problemas ecológicos:



· La deforestación. Las tres cuartas partes de los bosques templados y la mitad de los bosques tropicales son perdidos.



· Los residuos tóxicos. La mitad de los 70’000 productos químicos elaborados actualmente son tóxicos. En el año 2000 había más de 200’000 toneladas de residuos radioactivos en almacenes temporales.



· La degradación del suelo. La desertificación amenaza a una tercera parte de la superficie del mundo.



· La escasez de agua. Unos 2 millones de personas viven en zonas donde la escasez de agua es permanente.



· Las especies en peligro de extinción. Hasta el año 2000 se ha causado la extinción de un millón de especies animales y vegetales.



· La contanimacion atmosférica. Mil millones de personas en zonas urbanas aspiran diariamente partículas y gases tóxicos peligrosos para la salud.



Si logramos entender y respetar una de las más valiosas culturas del conti-nente americano, nosotros, los “civilizados”, podemos generar los mecanis-mos adecuados para proteger el “centro del mundo”, aquel territorio mítico cuya historia se pierde en el tiempo. INFOClara Müller

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lunes, 17 de enero de 2011

ABORIGENES DEL CARIBE

INTRODUCCIÓN

Antes de la llegada de los españoles se sucedieron en la isla de Santo Domingo varios grupos de pobladores del continente americano. Generalmente provenían de la América del Sur e iban trasladándose por medio de balsas o canoas a través de las pequeñas Antillas hasta establecerse en las grandes Antillas.

Los aborígenes provenían de las cuencas de los ríos Orinoco en Venezuela, Xingu y Tapajo, en la Guyana, como pudieron posteriormente comprobar los españoles a colonizar esos lugares y observar que las culturas eran similares.

La transmisión de herencias culturales, las mezclas de diversas culturas, los largos periodos de residencia de los grupos indígenas en las islas, así como la presencia de nuevos factores geográficos y ecológicos hicieron que las culturas antillanas adquirieran numerosos rasgos que la diferenciaban de las existentes en tierras continentales.

Los motivos de las emigraciones se atribuyen a diversas razones, entre ellas la económica, consistiendo en la demanda de nuevas tierras para el cultivo de diversos productos. Otra razón pudiera ser la búsqueda de territorios donde pudieran vivir en paz.

Los movimientos migratorios mas importantes que se produjeron antes de la llegada de los españoles fueron los siguientes:

Los Siboneyes: Cuyo termino significa hombre que vive entre las piedras o las rocas. Los Siboneyes vivían de la caza, la pesca y la recolección por que sus hábitat solía ser las inmediaciones de las costas, donde trabajaban también las piedras.

Los igneris: procedentes de Puerto Rico, pertenecientes a los araucanos, sustituyeron en la isla de Haití a los Siboneyes, quienes habían llegado de Cuba.

Los Caribes: Pertenecientes al tronco de los arauacos, habitaron mas a las Antillas Menores y solo visitaban la isla en incursiones belicosas.

Los sub-tainos o arauacos: provenientes de América del Sur constituyeron una primera etapa del desarrollo histórico de esta isla.

Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y los otros.

Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores consecuencias para el futuro progreso de miscegenación que daría nacimiento al hombre dominicano.

A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente: el mestizo.

La temprana desaparición de los naturales de la Española fue también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la cultura de otros grupos foráneos.

De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y hábitos de trabajo.

Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas por los plantadores azucareros.

En el siguiente material encontraremos una recopilación de la cultura de nuestros ancestros: Los taínos, su forma de vida, sus costumbres y el legado que nos dejaron.

ABORIGENES DEL CARIBE

ORIGEN

ABORIGENES DEL CARIBE

ABORIGENES DEL CARIBE

LA SOCIEDAD TAINA.





Uno de los rasgos más notables de la sociedad taína era el alto grado de solidaridad social entre sus miembros; difícilmente había reyertas entre los miembros de los clanes agrupados en pueblos.

El patriarcado indicaba la autoridad principal de la familia, pero la herencia y la sucesión correspondían a una organización matrilineal: la herencia pasaba al hijo mayor, y si este faltaba, al hijo o hija mayores de la hermana del muerto ( así a la muerte del cacique Boechío, su hermana Anacaona tomó el poder).

El aborigen quisqueyano tenía como norma el respeto a sus mayores, quienes daban sus consejos aún al mismo cacique.

La educación era al mismo tiempo una responsabilidad familiar y social.

Los caciques podían tener varias mujeres (se dice que Boechío llegó a tener 30). Los nitaínos también podían tener varias compañeras, pero los naborias rara vez tenían más de una.

El incesto estaba rigurosamente prohibido.

El hombre generalmente andaba desnudo, al igual que la mujer soltera. Las casadas por el contrario utilizaban unos mantos de algodón para cubrir sus partes sexuales.

Varias familias vivían en una casa. Dice Las Casas: "... pueden vivir diez y quince vecinos toda la vida sin que (...) tengan reyertas y contenciones".

Aún las guerras entre las diferentes regiones eran raras: "..sino por una de estas tres causas: sobre los términos e jurisdicción, o sobre las pesquerías, o cuando de las otras islas venían indios caribes flecheros a saltear..." El hurto era uno de los delitos más sancionados y según Oviedo el castigo era el empalamiento.

ORGANIZACION SOCIAL.

La estructura social se componía de:

•Nitaínos que eran los nobles, guerreros, y los artesanos. Estimados por ser de mejor sangre que los demás, tenían a su cargo a otros indios, venían a ser los lugartenientes de los caciques.

•Naborias eran los siervos y eran de la clase más baja.

•Los Caciques (Jefes) eran posiciones heredadas y procedía de la clase nitaíno.

•Los Bohiques (curandero) eran de un linaje de bohique.

No es claro si los Nitaínos eran nacidos o se ganaban su clase social. Los Nitaínos gobernaban sobre los naborias. Los Naborias pescaban, cazaban, hacían el trabajó en los conucos, generalmente el trabajo pesado.

Para finales del siglo XV, la isla de Haití (o según Pedro Mártir de Anglería, Quisqueya) estaba dividida en cinco regiones o cacicazgos, gobernados por un cacique.

El cacique ocupaba la cima de la pirámide social, era el jefe.

Parece ser que cada cacicazgo era dividido en regiones o provincias llamadas nitahinatos y en estas gobernaban los nitaínos. Este, disfrutaba de una posición jerárquica privilegiada, subordinada sólo al cacique. "... tenían súbditos infinitos", decía Las Casas.

En el orden jerárquico seguía el behique o buitío. Ocupaba una posición también privilegiada y entre sus funciones se señalan: "organizar el culto, comunicar las tradiciones tribales y curar a los enfermos" (Roberto Cassá). Estaban rodeados de una aureola de misterio y poder sobrenatural que los hacía temibles y respetados. Los métodos curativos eran mágico-animistas, pues concebían las enfermedades como obra de los espíritus, pero además, eran grandes herbolarios: "y tenían conocidos las propiedades de muchos árboles e plantas e hiervas", según relata Oviedo.

Continuando la estructura social de los taínos, se encuentra la clase trabajadora, los naborias, encargados de la caza, pesca, agricultura, etc. Algunos autores separan la clase trabajadora de los naborias, dándole a estos últimos categoría de sirvientes que provenían de pobladores más.

ABORIGENES DEL CARIBE

LA CULTURA TAINA.

En el año 1492 Cristóbal Colón toca las costas de la isla y descubre en sus habitantes una raza indígena desconocida llamada taínos que en lengua arauaca quiere decir bueno o noble. Los taínos habitaban esta isla desde el año 800 A.D.

Se organizaban en unidades tribales que se regían diariamente y dedicados a una vida sedentaria simple y rica en tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura en nuestra isla era la más rica del área del Caribe.

Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de conquista exterminaron esta raza en un período aproximado de 50 años, lo cual limitó el impacto de dicha cultura indígena sobre la dominicana.

El sistema de colonización tuvo que traer al Continente Americano, personas más fuertes y resistentes a las duras faenas de trabajo.

Aunque los dibujos rupestres son de una marcada puericia, como sus petroglifos, el taíno trabajó primorosamente la piedra y la cerámica. En la cerámica pusieron arte e inquietud espiritual, y a veces de complicadas formas de decoración.

Tenían excelentes trabajos en piedra y concha, y también trabajaron la madera.

Existen evidencias de que los taínos también practicaron actividades de cestería y fabricación de vasijas, cucharas y vasos utilizando el fruto del higüero que ellos sembraban con estos propósitos.

A.-Lengua:

Del lenguaje de los indios, conocemos sólo las palabras que nos quedan: nombres de personas, lugares, y de algunos productos del agro, de la caza y de la pesca, consignadas por los cronistas.

Los indios no tenían lenguaje escrito, se dice que hablaban el lucayo, aunque Pedro Henríquez Ureña toma a Loven y otros para decir que hablaban el taíno.

Fray Ramón Pané decía que se hablaban dos lenguas en la isla, Las Casas dice que eran tres.

Una de ellas era la más extendida "... la otra lengua fue la universal de toda la tierra - dice Las Casas - y ésta era más elegante y más copiosa en vocablos y más dulce el sonido." Esto corrobora la afirmación de Colón: "... tienen un habla la más dulce del mundo y mansa, y siempre con risa

ABORIGENES DEL CARIBE

La vivienda del indio era el bohío o buhío. Para algunos, la vivienda del cacique era denominada Caney, pero otros autores no consideran diferencia.

El tipo más corriente era de planta circular que poseía techo cónico y estaba sostenido por postes dispuestos alrededor de un poste central, donde se hacía descansar el techo, fabricado al igual que las paredes, de yerbas, yaguas y bejuco (usaban hojas secas de cana o yagua de palma real).

"Otras casas o buhíos hacen asimismo los indios, y con los mismos materiales; pero son de otra facción, y mejores en la vista, hechas de dos aguas, y de más aposento, e para hombres más principales e caciques..." "Y en las principales hacen unos portales que sirven de zaguán o recibimiento." (Oviedo)

La puerta de la vivienda del cacique daba al batey o plaza donde se reunía el consejo de los ancianos (bajo un cobertizo), se practicaba el juego de la pelota y los

ABORIGENES DEL MAR CARIBE

se practicaba el juego de la pelota y los areytos.

C.- Deportes:





Los taínos practicaron una serie de juegos que tenían un doble carácter, ceremonial y diversión como son: carreras, concursos de fuerza, pesca como deporte, etc., siendo los más importantes el simulacro de guerrero (juegos gladatorios) y el de pelota. Este lo jugaban en una plaza que centraba la aldea, llamada batey. La pelota se fabricaba con fibras vegetales a las que se daba una flexibilidad especial. consistía el juego en mantener en movimiento la pelota a base de los rebotes de esta con ciertas partes del cuerpo (hombro, codo, cabeza, rodilla). Se pierde cuando por cualquier razón la pelota cesa en su movimiento.

D.- Casabe o cazabí:

La industria del casabe o cazabe era quizá la más desarrollada. Para ello usaban la yuca amarga, fuertemente tóxica. La deshidrataban, rallándola en una piedra erizada llamada guayo, colocándola en una manga cónica de hojas de palma tejidas llamada cibucán y utilizándo grandes piedras para estirarlo y que se exprima la yuca rallada. El residuo que quedaba era cocido en el burén, quedando una torta, aún hoy apreciada.

El líquido resultante o hien, al fermentar perdía su poder tóxico y resultaba en una especie de vinagre con el que sazonaban sus carnes.

E.- Bailes y cantos (Areytos).-

El baile y las canciones eran acontecimientos sociales entre los indios antillanos. Acompañaban sus cantares con orquestas monocordes. Dice José Gabriel García:

"... con tambores que hacían de un madero delgado y hueco forrándolo en uno de sus extremos con un cuero bien estirado; con panderos que formaban con conchas de animales; con harpas que hacían valiéndose de unas varas flexibles que introducían dándole la forma de medio arco, en un güiro o calabazo vacío y que encorvaban con finas sogas de cabuya, y con pífanos o flautas hechos de pedazo de caña brava; con maracas y grandes caracoles, de los cuales sacaban notas monótonas y desapacibles."

Las canciones entonadas, así como las danzas, se llamaban areytos. Desgraciadamente nada ha quedado de esta música ni de sus versos.

Había varias clases de areytos: el areyto simbólico, perteneciente a la liturgia sagrada, el areyto guerrero, con el cual celebraban las victorias bélicas y el areyto social, para honrar a personajes célebres. También los areytos servían para transmitir las creencias de generación en generación y eran cantados siempre de la misma manera para no corromperlos.

Los areytos eran dirigidos por una persona principal que recitaba historias danzando en cierto contrapaso. Esas historias eran repetidas en voz más alta por un coro danzante compuesto por hombres, unas veces, o por mujeres, otras, o por grupos mixtos en muchos casos

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Adoraban el fuego, el sol y la luna. Tenían un dios supremo, Loquo que vivía en el cielo o Turey. Rendían culto a cemíes de piedra (dios menor), que ellos mismos tallaban. Creían que los muertos van a un lugar llamado Coayban, cuyo señor era Maquetaurie.

De acuerdo con relatos recogidos por el fraile Ramón Pané, los mitos de los indios se relacionan con el origen del Sol y la Luna, salidos de una cueva llamada Jovovava; con la transformación de seres asexuados en mujeres, utilizando el pájaro iriri que agujereaba los árboles; y con la fantástica creación del mar al romperse una calabaza desparramándose el agua que contenía en proporciones tales que con ella cubrió la tierra.

Los mitos y otras creencias eran transmitidos de generación en generación por aquellos ancianos más respetados de las familias, los clanes y las tribus

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ARTE RUPESTRE Y ARTESANIA




El gran desarrollo alcanzado en las actividades artísticas y artesanales fue uno de los rasgos más característicos de esta sociedad.

La confección de una extraordinaria cerámica para fines funerarios y rituales y la fabricación de una enorme cantidad de ídolos, amuletos y otros artículos de lujos, confeccionados en piedra, madera, concha, hueso y otros materiales no se han conservado tanto, como los de algodón y otros (cuyo semi principal se encuentra en el Museo de Turín, Italia).

Se han encontrado muestras del arte rupestre taíno en diferentes localidades de la isla como en las cuevas de las Maravillas y del Pomier; también, al dar la vuelta al Lago Enriquillo se pueden ver las famosas Caritas.

Otras cuevas conocidas por sus pictografías se encuentran en el Parque del Este y en los Haitises.

Las piezas de alfarería taína halladas en nuestra isla son de superior calidad a las de otras islas, al igual que los artefactos líticos y en madera que conformaron toda una parafernalia para la realización de rituales mágicos religiosos taínos.

Los dos productos de cestería más importantes que quedan como herencia de esta cultura precolombina son la hamaca y el macuto.

El arte de los indios taínos como el de todos los pueblos aborígenes refleja su particular concepción del mundo. Los taínos creían en espíritus superiores que controlaban, a veces caprichosamente, la naturaleza humana y el mundo. A estos espíritus el hombre debía halagar, apaciguar o neutralizar por medio de ritos y ceremonias sagradas.

El arte taíno, encarnación de dichas creencias, se expresaba, con relativo o absoluto dominio técnico en agradables formas convencionales, elaboradas con los más diversos materiales. De algunos de sus ejemplares, ejecutados con materia perecedera, sólo nos resta la descripción que de ellos nos dejaron los cronistas de Indias.

Pocos objetos de valor artístico se salvaron de la destrucción sistemática, llevada a cabo por los misioneros y colonizadores, de todo lo que para ellos, tenía significación mágico-religiosa, es decir los ídolos y otros objetos de uso ceremonial. De la destrucción, que obedecía a las ideas religiosas de la época, sólo se salvaron aquellas que se enviaron, como objetos exóticos, a príncipes europeos renacentistas quienes los conservaron en sus gabinetes de curiosidades, y aquellos que, a tiempo, lograron esconder los indios en cuevas y otros lugares inaccesibles para los conquistadores, y que serían, siglos más tarde, re-descubiertos por arqueólogos y campesinos.

Lo que hoy podemos denominar arte taíno no es otra cosa que la expresión simbólica y estética de su sociedad, de sus necesidades, y sobre todo, de sus creencias y prácticas mágico-religiosas. Es dentro de esta realidad que podemos apreciar e interpretar sus diversas expresiones.

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LA AGRICULTURA




Los Taínos nos dejaron una gran herencia social, podemos citar, por ejemplo: varias plantas domesticadas como la yautía, el tabaco, el ñame, el maní, el maíz, el mapuey y ni decir la yuca y la elaboración del cazabe, cuyo proceso se mantiene casi intacto hasta nuestros días. Son herencia taína sobreviviente a la conquista.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN UTILIZADOS POR LOS TAINOS.




Los taínos tenían formas muy peculiar para comunicarse una de ella era el uso de canoas, para transportarse de un lugar a otro.

ENCUENTRO CULTURAL ENTRE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Y TAINA.

Los Tainos se organizaban en unidades tribales que se regían diariamente y dedicados a una vida sedentaria simple y rica en tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura en la isla era la más rica del área del Caribe. Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de conquista exterminaron esta raza en un período aproximado de 50 años, lo cual limitó el impacto de dicha cultura indígena sobre la dominicana.

El sistema de colonización tuvo que traer al Continente Americano, personas más fuertes y resistentes a las duras faenas de trabajo. Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y los otros.

Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores consecuencias para el futuro progreso de miscegenación que daría nacimiento al hombre dominicano.

ABORIGENES DEL CARIBE

A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente: el mestizo.






La temprana desaparición de los naturales de la Española fue también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la cultura de otros grupos foráneos.

De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y hábitos de trabajo.



Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas por los plantadores azucareros.

Otros elementos importantes de la cultura material taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son:

Instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol (usado como trompeta para dar avisos) y la cuchara de higüero; técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento", el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería (especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua), el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.; productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras de ese mundo se hallan fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos cristiano-africanos. Podemos citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados a la categoría de luases o divinidades del panteón voduísta; las supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad femenina que camina con los pies al revés.

La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla

ABORIGENES DEL MAR CARIBE

ALGUNOS ELEMENTOS DEJADOS POR LOS TAINOS A NUESTRA CULTURA.

Elementos importantes de la cultura taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son:

a) instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol -usado como trompeta para dar avisos- y la cuchara de higüero;

b) técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento", el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería -especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua-, el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.;

productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras de ese mundo se hallan fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos cristiano-africanos. Podemos citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados a la categoría de luases o divinidades del panteón voduista; las supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad femenina que camina con los pies al revés.

La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla (Emiliano Tejera, 1935; Emilio Tejera, 1977).

CONCLUSION

Desgraciadamente, la rápida desintegración de la sociedad aborigen, la naturaleza perecedera -máxime en un clima tropical como el nuestro- de muchos de los materiales utilizados por los tainos para expresarse artísticamente, así como la falta de interés de los colonizadores para conservar las manifestaciones de la cultura aborigen, han sido causas de que hasta nosotros sólo haya llegado una pequeña fracción de los objetos representativos del arte taino.

Esta apretada síntesis de las principales expresiones escultóricas, del arte y de la forma de vida de los taínos, sólo nos permite tener una visión limitada del arte de los antiguos pobladores de nuestras islas. Futuras investigaciones arqueológicas continuarán enriqueciendo con sus hallazgos las colecciones antillanas que hoy atesoran esta herencia.

Sin duda alguna, que los taínos nos dejaron un legado muy apreciado: su cultura, su baile, sus alimentos; los cuales se encuentran hoy presentes en nuestra sociedad y en nuestros museos. Esperemos que sean transmitidos de generación en generación


Agradesco la informacion a:Sahilys De La Rosa