domingo, 26 de octubre de 2008

LA MACHI

MACHI Para los mapuches de Argentina y Chile,es médico hechicero. Consiste en una especie de casta. En cada tribu la machi es una especie de concejero del caudillo. Dice Ramón Pardal que funda su poder en sus conocimientos de medicina y en sus relaciones con los espíritus. Según Pardal "reunían en su persona los atributos del médico y sacerdote, sirviendo en tal carácter para las enfermedades del cuerpo y del alma". "El MACHI -agrega- era el oráculo, el consejero de la paz o de la guerra, el que impetraba las lluvias en tiempo de sequía y el mediador entre los hombres y los demonios. Usaba vestiduras especiales, hacía vida solitaria y por temporadas se retiraba a vivir en cavernas, dedicándose a prácticas ascéticas". Casi siempre es de sexo femenino, siendo el MACHITUN la ceremonia tradicional en que ejerce como médica o hechicera.

viernes, 24 de octubre de 2008

QUIPU

Este quipu tiene muchos nudos, hay muchisimos de variadas formas hasta redondos.

KHIPU o QUIPU

Khipu (”nudo” en quechua). El Mundo Andino careció de escritura. Cierto, pero no precisamente exacto. Las grandes civilizaciones no americanas y la de Mesoamérica sí conocieron la escritura en la forma en que nosotros la entendemos, utilizando grafemas (imagen elemental utilizada por sí sola o en conjunto con otras para representar una idea). En su forma más primitiva, los grafemas representaban ideas y no letras pero luego se inventaron los grafemas fonéticos (letras pronunciables). Se puede afirmar con certeza que el Mundo Andino era ágrafo, pues carecía de grafemas, pero es discutible afirmar que carecía de escritura. Precisamente los khipus, un invento preincaico de cordeles (”colgantes”) de lana, pelo de auquénido o algodón amarradas a una cuerda principal, provisto de la posibilidad de amarrar cordeles subsidiarios a los colgantes y así sucesivamente, permitía guardar información sin utilizar grafemas sino un complejo conjunto de percepciones visuales y táctiles (fotos).

Es posible que los khipus no se limitaran a consignar cifras sino que podían codificar hasta elaboraciones verbales, de sujeto/objeto y aún las relaciones cronológicas entre diversos eventos, pero el último de los khipukamayux, oficiales del Imperio Inca que sabían “escribir” y “leer” en los khipus, se llevó sus conocimientos de escriba a la tumba. Los presuntuosos conquistadores no hicieron ningún esfuerzo por comprender este sistema de almacenamiento de información y eventualmente sus propias y seguramente sesgadas estadísticas eran contradecidas por los datos que disponían los khipukamayux. La solución para este conflicto fue torpemente simple: se consiguió que en el Tercer Concilio de Lima en 1583, la Iglesia Católica declarara “objetos de idolatría” a los khipus, autorizando su destrucción. Ese era el estilo de interacción étnica que impusieron los “civilizados”...

Hoy se dispone de unos 600 khipus, los que están siendo intensamente estudiados pero aún no pueden descifrarse más allá de lo elemental. La casi totalidad proviene del Imperio Inca. Es notorio que en Arica (Playa Miller en la costa y Mollepampa en el valle de Lluta) se observa la mayor concentración de khipus del Qullasuyu, una de las cuatro divisiones de imperio (Tawantinsuyu), además de los dos más grandes ejemplares hasta ahora conocidos, el mayor de ellos de unos 3m de longitud y con más de 1.500 cuerdas (foto). Al sur de Arica ya no se encuentran khipus. Esto revela la gran importancia que Arica tuvo para el Tawantinsuyu, probablemente por su capacidad productiva, controlada por los incas desde el Tambo de Zapahuira, en vías de convertirse en un gran centro administrativo cuando apareció la catástrofe de la conquista.

Confeccionar un khipu implicaba un proceso similar al de diseñar una base de datos en una computadora antes de alimentarla con datos: primero se diseñaba su estructura, lo que revela un procesamiento intelectual más avanzado que la simple anotación de los datos que van apareciendo. La información se almacenaba en un orden jerárquico determinado por las cuerdas colgantes y subsidiarias (foto). El color de éstas, su torsión en uno u otro sentido y la ubicación y estilo de los nudos (simple, en forma de 8, de varias vueltas, etc.), eran los principales elementos de “escritura”. Para las cuerdas destinadas a guardar cifras, había una ubicación y nudo específico para las unidades, decenas, centenas, etc., siguiendo un sistema decimal que concordaba con la ordenación jerárquica de las unidades sociales productivas de los incas. En el extremo distal de una cuerda de consignaban las unidades, con un nudo en 8 para el valor 1 y un nudo largo, de 2 a 9 vueltas para los valores respectivos. Más arriba iban nudos simples para las decenas, luego las centenas y así sucesivamente (foto). Esta hermosa simplicidad permitía incluso la consideración de la más abstracta realidad de la aritmética: el concepto de cero (0), inventado sólo en contadas ocasiones en la historia de la humanidad. Para eso bastaba omitir el nudo en la ubicación correspondiente.

Este ordenamiento, que hoy nos puede parecer natural, demuestra lo asombrosamente sofisticado que era el sistema de anotación andino, pues utiliza el Principio de Posición para los números. Es decir, un 5 vale 5, 50, 500, etc., según su posición en la expresión numérica. Este evolucionado concepto matemático es de adquisición muy tardía y sólo fue descubierto pocas veces, empezando en Babilonia en el segundo milenio a.C., luego en China hace unos 2.000 años y en la primera mitad del primer milenio d.C. por los mayas y luego en la India. Nótese, por ejemplo, que los romanos utilizaban un engorroso sistema de anotación por la ausencia de este concepto: 1.999 se escribía como MCMXCIX y la sola adición de una unidad transformaba la expresión a MM

El Principio de Posición llevó a la invención del cero, primero como una ausencia en una posición numérica para los babilonios, mayas y andinos. El cero sólo pasó a ser un número más, como hoy lo comprendemos (implicando el resultado de 10 menos 10 en vez de un mero “vacío”), en la India y los chinos sólo lo copiaron. En definitiva, quienes aún creen que los andinos eran “primitivos” tropiezan con el hecho de que, en cuanto a aritmética y dada la inmensa trascendencia del Principio de Posición y del cero, éstos superaron a todas las grandes civilizaciones con la excepción de los babilonios y mayas y sólo fueron (tal vez) superados por los hindúes por haber inventado un símbolo para el “0”, pero aún eso es discutible si consideramos que para los andinos los números tenían la propiedad de “poseer”: no parece “primitivo” que “0” no fuera un número para ellos, porque la nada no puede poseer nada. Más aún, los andinos utilizaban un sistema numérico decimal (base 10) como el nuestro, mientras que los babilonios y mayas utilizaban una base 60 y 20 respectivamente. Así, por ejemplo, si “&” simboliza dos unidades de la magnitud correspondiente a una posición, “&&0&” sería:

—En Babilonia: 2 x 12.960.000 + 2 x 3.600 + 0 x 60 + 2 x 1 = 25.927.202. Bastante enredado...
—En Mesoamérica: 2 x 8.000 + 2 x 400 + 0 x 20 + 2 x 1 = 16.802. Un poco más simple...
—Para los andinos: 2 x 1.000 + 2 x 100 + 0 x 10 + 2 x 1 = 2.202. Tal como lo entendemos hoy en todo el mundo (aunque no necesariamente mejor para ciertos cálculos)...

En un khipu, 2.202 se escribiría mediante dos nudos simples en la posición de los miles, otros dos nudos simples en la de las centenas, ninguno en las decenas y un nudo largo de 2 vueltas en la de las unidades. Pero el tema es mucho más complejo y las cuerdas colgantes pueden estar agrupadas por una amarra en su unión con el cordel principal y/o tener cientos de colores o combinaciones de éstos, los nudos pueden hacerse con sus giros orientados hacia la derecha o la izquierda, al igual que la torsión de los cordeles y muchas otras variantes que permitieron guardar información no numérica de una manera que no comprendemos. Aún más, es probable que un khipu complejo no hubiera sido enteramente "leíble" más que para quien lo confeccionó.

Aunque la base 10 tiene ciertas desventajas en comparación con la base 60 de los babilonios para cierto tipo de cálculos, el sistema de anotación de los últimos tiene un notorio defecto. Al carecer de un símbolo para el 0, no se puede discernir con certeza cómo termina la expresión numérica escrita en tablillas de arcilla, las que por lo demás eran pesadas, podían quebrarse y no podían ser corregidas una vez que el material se secaba (en contraste, los khipus eran corregibles, deformables, livianos y fáciles de transportar). Por ejemplo, el símbolo para 20 era "<<". Como única expresión escrita de una magnitud, "<<" puede significar 20 si uno adivina que hay que ubicarla en las unidades, pero al carecer de espacios predeterminados para especificar qué viene después, puede traducirse también como 1.200 (20 x 60) si se presume que no hay unidades. En los khipus, en cambio, bastaban dos nudos simples en la posición de las decenas y ninguno más abajo —en las unidades— para expresar “20”, o nada arriba y un nudo largo de dos vueltas al final de la cuerda colgante para expresar "2".

Después de los incas los khipus perdieron su potencia en cuanto a expresión aritmética. En el ámbito aymara éstos se denominan chinu (amarra) y el que lo usaba se era un chinukamano. Entre otras anotaciones se llevaba cuenta del calendario haciendo nudos de tamaño creciente de julio a diciembre y decreciente durante los seis meses restantes.

En otra sección se profundiza el tema de las matemáticas de los andinos. Si quiere profundizar su conocimiento de los khipus y aún aprender a usarlos para expresar relativamente complejas relaciones numéricas, le aconsejo el libro “Mathematics of the Incas. Code of the Quipu”, de Marcia y Robert Ascher (Dover Publications, Inc., 1981).

domingo, 19 de octubre de 2008

ARTE TEXTIL PRECOLOMBINO

Es la historia de la civilización sudamericana en la época anterior al viaje de Colón. Se identifica en su mayor parte con la historia del Perú, desarrollándose antes de la conquista española, las culturas históricamente más interesantes y artísticamente más evolucionadas, dignas de figurar junto a las obras de la gran civilización mejicana. Sin embrago, las primeras manifestaciones artísticas que nos han llegado son posteriores a ésta primera instalación, organizadas en diferentes culturas. Aún cuando es incierto el origen, se cree a través de estudios más exigentes que comenzó alrededor del año 1200 a.C. hasta el 400 a. C. con el empleo del liso. Los productos más antiguos y de cierto valor son los de CHAVIN DE HUANTAR dando nombre a la cultura de la zona. Un segundo período cultural del Perú es el llamado tardío, formativo o experimental, es alrededor del 400 a.C. Entre las culturas más importantes figuran las de SALINAR (área central andina) y las de la península de PARACAS: Paraca Caverna (que dejaron muchos testimonios) y Paraca Necrópolis.

TEJIDOS PRECOLOMBINOS
El tejido pre-colombino deriva de algunas técnicas para la confección de redes, esteras y cestas. Por ej.: en las cuevas de Guitaguerrero del norte de los Andes en Perú se hallaron restos de cestas y redes sin nudos fechadas alrededor del 8.500 a.C. En los Movillos (San Juan) se encontró cestería especial y redes sin nudo del 2.500 a. C. En Rincón del Atuel (Mendoza) se hallaron restos de una pieza elaborada con fibras vegetales, técnica de semi-tejido del 1.800 a. C. Para culturas del noroeste de períodos mas recientes, especialmente del tardío (1.000-1.400 d.C.) y el INCA (1.473-1.536 d.C.), la documentación es muy importante. Se cuenta con los tejidos encontrados en tumbas y sitios de culto: camisas, ponchos, fajas, mantas, vinchas, bolsos, taparrabos, etc. Los indígenas sudamericanos tuvieron excelentes fibras textiles como: lana de alpaca, vicuña, guanaco y llama. Dominaron con destreza innumerables técnicas de gasas y del tejido llano al brocado, fajas tubulares, técnica por anudado (los Mapuches) o Ikat (noroeste Argentino). Para todo ello emplearon el telar de cintura o uno vertical. Los indígenas argentinos (pre-hispanos) no dominaron tantas técnicas como los peruanos, pero conocieron el tejido llano, el de faz de urdimbre (ponchos actuales). La técnica del tapiz (faz de trama) con decorados geométricos, zoomorfos y fitomorfos.

PUEBLOS ORIGINARIOS

PUEBLOS ORIGINARIOS
Con el nombre Pueblos Originarios se hace referencia a todos los pueblos que habitan (y habitaban) el territorio donde actualmente existe el estado argentino. Cabe aclarar que cuando se habla de Pueblos Originarios se hace referencia a una multiplicidad de Pueblos. ¿En qué radica la diferencia? Cada Pueblo tiene su propia cultura; la idea de cultura remite a un conjunto de valores materiales y espirituales construidos por el hombre en el proceso de su practica histórico – social, que se transmiten por medio del aprendizaje directo y del lenguaje oral y escrito. De aquí se desprende que las culturas se hallan en contacto con otras culturas en un tiempo y lugar concreto, no son estanques aislados e inmaculados sino que por el contrario se encuentran en un constante intercambio.Esta relación entre culturas se da, muchas veces, de forma asimétrica; en esta situación se encuentran muchas de las culturas originarias en América. Se puede observar este tipo de relación cuando los derechos de los Pueblos Originarios no son respetados (por ejemplo la no aceptación de sus formas particulares de organizar su vida social-económica o cuando no se les permite a los/as niñas/os hablar en su idioma en una escuela estatal).
Los Pueblos Originarios tienen algunos rasgos culturales similares, uno de ellos es la forma comunitaria de vida (si bien cada Pueblo tiene una forma particular de vivir en comunidad). Esta idea de vida comunitaria trae aparejada una forma de organización que afecta a la vida social, por lo cual muchas de las actividades desarrolladas son compartidas y realizadas entre todos/as, ya sea la preparación del terreno para la siembra, la recolección de los frutos o la forma de tomar decisiones acerca de la Comunidad. También existe una división de tareas y de funciones llevadas a cabo por personas elegidas por la Comunidad (el tipo de elección difiere según el Pueblo).
A su vez las culturas originarias tienen una forma de concebir el mundo (y tratar con él) distinta a la cultura occidental. En la percepción indígena del territorio se destaca la ausencia de un concepto de propiedad exclusiva de una u otra comunidad. Es decir, tradicionalmente no se reconocen derechos propietarios exclusivos pertenecientes a un determinado grupo sobre un espacio; la ausencia de dichos derechos sobre recursos naturales van contra la acumulación de bienes y poder. Sin embargo, el factor de mayor peso que presiona sobre los usos tradicionales es la ocupación de sus tierras por grupos ajenos, que no comparten los mismos valores y conceptos sociales sobre el uso, llevando a un proceso de deterioro ambiental (que fue y sigue siendo) dramático y global.
A lo largo de este siglo, los Pueblos Originarios han visto su acceso a la tierra y sus recursos progresivamente restringido, han experimentado esta presión no solamente económica, sino también socialmente, conduciendo muchas veces a un retiro de sus tradicionales asentamientos.
Aunque el valor de uso de la gran mayoría de los productos del monte y del río continúa vigente para los indígenas, la pérdida y deterioro de los recursos naturales ha llevado a una creciente dependencia del mercado. Se puede decir que en la medida en que las comunidades indígenas se vuelven dependientes de un mercado externo para su subsistencia, se registra un deterioro en sus relaciones con el medio ambiente. Esta dependencia lleva a los indígenas a insertarse en el mercado por medio de la venta de artesanía, muchas veces en condiciones de explotación. Es a raíz de esta situación, que el trabajo de Arte y Esperanza nace como una forma alternativa de comercialización: la del Comercio Justo de artesanías.
DATOS TOMADOS DE ARTE Y ESPERANZA Y ME PARECIO MARAVILLOSO ESTE GRUPO QUE DA SU AYUDA A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS